viernes, 23 de septiembre de 2011

A la espera del Rosario..


A la espera de que llegue el mes de Octubre, mes del rosario por excelencia, en muchos pueblos como en: Bormujos,  Carrión de los Céspedes, Hinojos, Isla Cristina y otros con esa advocación de la Virgen. Están ansiosos de que lleguen esos días y poder manifestar públicamente lo que sienten.

                         Con la Virgen en el Corazón

Es curioso el caso de Isla Cristina, que al ser la Virgen del Carmen la patrona de los marineros y el emblema de ellos: en los barcos, estampas en los camarotes, medallas al cuello… Sin embargo estén esperando con el alma en vilo, la llegada de la Virgen del Rosario al puerto pesquero, el día 7 de Octubre. Quizás porque al ser la patrona del pueblo Isleño, puedan pedirle más cobijo y trabajo. Ya que es la imagen última del año, que procesiona y llega a su “tajo”, el Puerto.

Cada vez que voy a Isla Cristina y, estar mi casa cerca del  Puerto, tengo desde hace diez años que llegué allí, la obligada necesidad de visitar el “muelle o la pescadería”, que en el habla Isleña, le llaman al Puerto.

Sin duda alguna, las mejores fotografías que se pueden hacer, es cuando hay, como en el caso de este miércoles, miles de gaviotas rodeando a los marineros en su faena. Sin embargo y por desgracia, aunque la preciosa estampa sea la inspiración: de fotógrafos, pintores, o visitantes. La cruda realidad, es otra. Para los lugareños (entre los que me encuentro yo también), es que al haber más gaviotas, es por el hecho de que ese día la pesca ha sido mala.


                                         Las gaviotas.

Daba pena ver tanto pescado tirado por el suelo. Todo eran exclamaciones y miradas al cielo, para encomendarse a su Virgen. Toda la noche faenando y cuando tiran la red. Les viene en un mismo lote, de las supuestas y hermosas sardinas, un sinfín de pescaditos pequeños, que no tienen venta, ni salida ninguna. Pescaditos pequeños como: caballitas, mojarritas, besuguitos, lisas…

               Bonito si no fuese día malo de pesca


Siendo ese día, en los que los marineros trabajan  el doble. Por la noche la pesca y, por la mañana, el escogido. Hacen una improvisada mesa, (para que nos situemos) como la que ponen los aceituneros en sus casas para escoger las aceitunas.



Se da la circunstancia de que siempre recurrimos a los refranes y hay uno muy antiguo que dice; “no hay mal que por bien no venga” refiriéndome en este caso a la gente, que algo aprovecha en esos días malos para los pescadores.  Los  ancianos, los parados y todo el que llegue con una bolsa, se llevan por lo menos la comida para su casa. Que por otro lado, el resto (y era mucho) va directamente de nuevo al mar. Y es ahí donde la multitud de gaviotas, entran a saco a comer.





Otra fotografía también expuesta en muchos lugares del pueblo, es la de las gaviotas, expectantes, todas juntas (como si de soldados se tratasen) esperando el momento en el muelle, o en lo alto de los tejados de la lonja. Pienso que quizás entre ellas se avisen, ya que en la lejanía, mirando a la “bocana” y divisando el barco que viene hacia el puerto. Se ve el revuelo que trae el mismo, con las gaviotas alrededor, siendo esto un síntoma de mal presagio para los que esperan.




De todas formas los animales no entienden, es una cadena de supervivencia y si hay comida, ellas estan al acecho.


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