viernes, 28 de mayo de 2010

Viejas Sensaciones

Recordando como siempre al Bormujos que se nos fue, como homenaje al libro que sobre él acaban de publicar entre profesores, alumnos del IES, Los Alamos y vecinos de nuestro pueblo. Se me vienen a la memoria esas sensaciones que se te quedan grabadas para siempre y que con solo recordar, bien sea un olor o una música, la tienes ya en la mente.
Casi todas estas cosas a las que me quiero referir ocurrían en el mes de Mayo o principios de Junio. Por un lado estaba "La Comunión de Impedidos" y por otro "El Corpus".
Me acuerdo que la primera de las dos se solía hacer siempre por la mañana, (por lógica pienso yo que lo harían), debido a que antiguamente antes de la comunión había que mantener el ayuno desde la noche anterior. Claro está entre las personas que tomaban la comunión habían diabéticos y estos tenían que controlar su inyección de insulina con el desayuno. Por tanto no se les podía tener esperando el "Viático" demasiado tiempo. Por eso era que la procesión se realizase por la mañana temprano.





Calle adornada en Umbrete, donde aún conservan esta tradición.

Yo recuerdo de niño a ese pueblo que se fue, (como bien dice el libro), pero a través de sensaciones y olores antiguos.
El primer olor me lo produce "el yeso", en aquellos tiempos era el material más socorrido para tapar "desconchados". El yeso también se vendía en las tiendas, al igual que el aceite, petróleo (para poder encender la hornilla), alimentos y todos los artículos necesarios para una casa. Me acuerdo que según fuese el "desconchado", así era la cantidad de él, que se compraba. Nos lo despachaban en cartuchos hechos de papel de periódicos viejos. Para los alimentos se utilizaban el de "estrasa" y había otro papel fino blanco un poquito satinado que se utilizaba para la chacina y la mantequilla.


Pues bien los días previos a este evento, todas las casas de nuestro pueblo, tuviesen o no, vecinos impedidos para comulgar. Al ser una labor pastoral del cura párroco, nadie podía calcular la magnitud de la mencionada labor, por tanto era mejor (curar en salud) y, así aprovechaban para darle a la fachada un arreglito que sirviese también más adelante para el "Corpus".
Se tapaban lo desconchados e inmediatamente, debido a que el yeso secaba pronto, se podía blanquear. Por eso les digo lo de los olores que para mi son muy característicos. Ya tenemos por un lado, yeso, cal y esos claveles, bien morados o del señorito, (como se les decía), colgados de la pared en esas latas en las que vendían el tomate pelado a granel, que eran utilizadas después como improvisadas macetas. Tampoco podía faltar ese olor a tierra mojada de calles que al ser terrizas necesitaban ese riego a cubo en mano que nuestras madres hacían con tanto amor en ese día grande en el que iba a pasar por nuestras puertas, El Señor. Y quizás el el más completo de todos los olores antes mencionados: El romero, aunque este también se utilizaba en el Corpus. Hablando con mi amigo Manolito el de "ramire", me comenta de que nosotros pertenecíamos a la Acción Catolica en esas fechas y que para el Corpus, preparábamos un altar en la puerta de Ignacio el de "pelacho". Teniendo que ir a la "viña de alfredo" a coger los racimos de uvas verdes y de camino unas espigas de trigo, para adornar el altar. Lo hacíamos cada año, pero a mi se me olvidó por completo. -Cosas de la memoria-.
Calle y altar en Umbrete.

La gente para dar mas solemnidad y apoyo, sacaban las mejores galas que poseían, primero las macetas mejor cuidadas durante todo el año y no podía faltar, lo más preciado, la colcha de matrimonio que cada cual estrenó el día de su casamiento y que colgaban del dintel de la puerta de la casa.
Quiero resaltar el fervor y el respeto que Bormujos tuvo siempre a estos actos, con una asistencia masiva de gente. Durante todo el recorrido el pueblo participaba, unos en riguroso orden en la procesión, algunos portando velas y otros cantando la infinidad de cánticos alusivos al acto.

Por otro lado El Corpus, siempre fue por la tarde. Llegando a tener una expectación grandísima, viniendo gente de los pueblos de alrededor, para participar en la procesión. Debido está que los pueblos aledaños están de alguna manera emparentados con nosotros. Unos porque la mujer era de aquí, otros porque su padre lo fue, etc.
El Corpus a diferencia del otro acto, en éste la gente también participaba con la instalación de numerosos altares o lugares de descanso, para que el cura pudiese descansar, ya que durante todo el tiempo de la procesión, va portando la Custodia. Habían unos con mucho exorno y otros con menos, pero esto no restaba importancia y, lo que destacaban de ambos era la cantidad de flores y macetas, que no solo ponía la persona encargada de crear el altar. En el exorno floral, participaban todos los vecinos de la calle.


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miércoles, 5 de mayo de 2010

Los Caminos........del...... Rocío


"Camino de Ida"

Hacer el camino se le llama en el argot rociero a la peregrinación a la Ermita de la Blanca Paloma en el Pentecostés de cada año.
Previo a ese día tan esperado que es la "salida de las carretas", nuestro pueblo se pone en marcha, como si de una procesión se tratará. Con el ir, venir y trasladar, carriolas y enseres para iniciar un año más su "camino".
Nuestro pueblo cuenta con una hermandad propia desde el año 1975.
Antes de tener su hermandad, Bormujos siempre vivió el Rocío intensamente. Me acuerdo ya hace muchos años, cuando aún estaba entre nosotros Don. Anibal, del esfuerzo y empeño que ponía tratando de que la Hermandad de Triana, entrase a nuestra Parroquia y, eso es debido al fervor tan grande que siempre se le tuvo en nuestro pueblo a la Virgen del Rocío. Se vestía con la capa blanca y junto con los monaguillos y la "manguilla", se plantaba en la carretera a la altura de la casa de Ignacio "matamoros". Para de alguna manera incitar con su presencia a los -trianeros- a que entrasen en el pueblo.
Sin embargo con la Hermandad de Gines nunca hubo problema, al contrario era tal el cariño que nuestro pueblo le profesaba. Que nada más entrar la Hermandad en terrenos del pueblo y, Bormujos la hacía suya. No abandonándola en ningún momento y acompañándola hasta la verea. Punto tanto de ida como de vuelta la "verea", siempre fue donde los bormujeros despedían o recibían a las carretas. En el caso de Gines en aquellos tiempos, cuando la Hermandad ya estaba dentro de su Parroquia, el pueblo en si,era un hervidero de gente por cualquier esquina del mismo. Yo me acuerdo que Juan, esposo de Ramona la de Anita "la piedra" (q.e.p.d.), organizaba una fiesta en la que se unían todos los chavales de Bormujos con los de Gines, entre los que se encontraban los famosos Amigos de Gines, que en aquellas fechas, eran solo unos chavales más del montón.
Es hoy y a pesar del tiempo y de que nuestro pueblo tenga su Hermandad. Los bormujeros cuando llega Gines. La reciben y despiden con el mismo cariño de siempre.
Este fervor y afecto hacia ellos, trajo consigo el consiguiente premio. Concederle e instalar en la fachada principal de nuestra Parroquia, un azulejo conmemorativo de la Virgen del Rocio, como agradecimiento a tanto afecto. Aprovechando la ocasión al apadrinar a Bormujos en el año 1975.

Creo que por aquellos tiempos las dos únicas hermandades, que pasaban por nuestro pueblo eran, Triana y Gines. La próxima incorporación al cabo de muchos años, fue la Hermandad de Bormujos.
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