miércoles, 13 de junio de 2012

Pasó el Corpus...


Pasó el Corpus, decía la gente. Qué bonito, pero que corto se nos hizo y que rápido iba.
Pasó el Señor.


Claro está, los que de siempre, (como en mi caso) tuvimos la suerte de disfrutar el paso del Señor, por nuestra casa, lo echamos de menos.

Aunque ya me dijeron que el año pasado, fue así también, no por menos le resto la verdadera importancia que conlleva, el sentirse privilegiado por el hecho de haberlo tenido siempre.

El año pasado nos cogió en la Peregrinación al Santuario de Lourdes. Si allí que casi nunca hace calor, lo pasamos mal por el mismo. Inimaginable el que hizo aquí. Calor que todo el mundo soportó y que casi asfixiados, aguantaron hasta el final el maravilloso Corpus que tuvimos.

Si el 36 + 1, traspasó las barreras de los anhelos y suspiros del pueblo, el + 2, ha superado con creces todas las expectativas.

El viernes previo, asistí al último día del triduo al Santísimo, por no poder haber ido desde el principio.

Les pongo esto, para resaltar el ambiente de trajín que se notaba en la calle. El compañerismo entre las distintas entidades de nuestro pueblo en la confección del exorno en la calle, para el paso del Señor. Cada cual queriendo dar los mejor de sí y ayudar, debido es, que al ser la primera vez, este tipo de exorno (alfombras) se daba en Bormujos. Nadie tenía una idea exacta de cómo era dicha confección.


Esta alfombra era la primera y pertenecía a la Hermandad del Santísimo.


Sin embargo, simplemente por el hecho de ser muchas las personas que participaban, esto hacía, que cada cual con su opinión y esfuerzo, se diese un caso curioso que les voy a relatar.

Como dije anteriormente asistí al triduo. Pues bien, justo en la entrada, estaban los de la Hermandad del Rocío. Habían pintado en el suelo con una tiza el dibujo de lo que tenían después que hacer con el serrín y la sal. Tenían un lío de no saber cuál era la parte era la parte que correspondía delante o detrás y, la habían pintado al revés de cómo era. Y mi sorpresa fue, que a mi salida de la Iglesia, lo que antes estaba pintado al revés, no solo lo habían hecho al derecho, sino que la tenían casi acabada. Lo dicho anteriormente y, acudiendo al refranero popular…”la unión, hace la fuerza”..

Se notaba en el aire las ganas y el entusiasmo que el pueblo, tenía por participar, por primera vez en su historia en una cosa tan novedosa y extraordinaria, como esta.

Esperemos que la experiencia no decaiga y que el año que viene, las calles adornadas se multipliquen.

Eso hará (si cabe) el que los vecinos se aúnan y, porque no, también una especie de rivalidad (sana) entre barrios por el hecho de ser los mejores. Ayudando de alguna manera a que la mente se agilice en su ingenio e inventiva, para tratar de superar lo anterior.

Pasada ya la noche después del trajín de la calle, amanece el pueblo ávido de emociones nuevas. Y como de eso se trata, para que no nos faltase de nada, también tuvimos la desgracia de conocer, que en la madrugada, varios gamberros trataron de destruir el esfuerzo vivido el día anterior. Gracias a Dios, fue poca cosa y que las entidades afectadas (3), casi inmediatamente, “se pusieron a la obra” (dicho popular) y, por la tarde nadie notaba la diferencia.
Salida del paso de Santo Domingo.

Estas horas previas a la salida del Corpus, quiero relacionarlas con aquellas de antes, previas a la salida de las procesiones de glorias en Agosto o en Octubre.

Todo el mundo a la espera, a la espera de la Virgen, nuestra patrona, ni más ni menos que la Santísima Virgen de la Encarnación. Por primera vez en la historia de “aquel Bormujos que se nos fue” y del actual. Que recorrería las calles de nuestro pueblo.


¿Se puede pedir más belleza?

Si el año pasado lo hizo Santo Domingo, nuestro patrón, este año han sido los dos.

A la procesión, no le faltó ningún detalle. Todo estaba en su justa medida. Es más yo diría que nos parecíamos (en su proporción), a la procesión del Corpus en Sevilla.

Incluso en algunos aspectos, con respecto a las mujeres y niñas de mantillas, creo que la superaríamos en número.

Siempre el Corpus en nuestro pueblo, atrajo a mucha gente de los pueblos colindantes, por el hecho de estar emparentados los unos, con los otros. Recordándome aquellos años en los aun estaba entre nosotros D. Aníbal. Y el esplendor y la devoción hacia el Santísimo era la misma.

Aunque los paralelismos en ocasiones, pueden ser (odiosos), sin embargo el de ahora, es lo contrario, por la similitud que quiero resaltar. La cantera.

Sería interesante saber de que hablaban, estas tres "canteranas", detrás del paso de la Virgen.

La cantera, por decirlo de algún modo, siempre ha sido sinónimo de renovación, continuación e iniciación a algo bueno. No en vano en los grandes equipos de futbol, precisamente la cantera es lo que los hace más grande.

Pues el paralelismo al que me refiero es precisamente, la comparación de la época de D. Aníbal, con la de nuestro MJ, porque los dos mantienen el mismo estilo, a la hora de la captación y mantenimiento de feligreses.

¿Y estas dos, estaban esperando o estaban cansadas?

D. Aníbal, conseguía mantener a los niños desde su primera comunión, para después iniciarlos en la Acción Católica y, Manuel Jesús, a su manera, también está consiguiendo lo mismo. Por eso el crear y mantener “la cantera”, es y será siempre tan importante.

La Custodia a su regreso, ya apuntando el anochecer.

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