viernes, 4 de marzo de 2011

¿Fe??..¿Coraje?..¿Reaños?..¿O un conjunto?..

No se con cual de estos interrogantes definiría yo a una (casi- niña) de 34 años.
Si la sitúo en la Fe, sería impensable la cantidad de cosas que se nos ocurrirían al hablar de este tema. De él se derivan otros tantos como: Esperanza, Clemencia… Además de admirable, me sugiere, envidia al tener esa Fe. Siempre se dice que ésta mueve montañas, pues yo en este caso, me lo creo.
Coraje (o mu echá pa lante), como solemos decir siempre cuando nos encontramos a una persona tan arriesgada tomando decisiones increíbles a esas edades.
Otras veces decimos que “reaños” tiene,¿ como es posible que se atreva a tanto?
Es ahí donde van todos los adjetivos calificativos de esta, niña- mujer, esposa y sobretodo, madre.
En su hija es quizás en un conjunto, el verdadero compendio de todas estas cosas a la vez.
Si les hago un comentario sobre el número 27, diréis y con razón, ¿a que viene ese número ahora?. Sin embargo si les digo que son el número de veces, que esta mujer se ha operado en poco más de cuatro años. ¿Se imaginan que grado de capacidad de aguante y temple tiene? Parece imposible, pero es cierto y lo más admirable en ella es, lo asumido que tiene su enfermedad y lo fácil y llevadero que se lo hace a su familia.
Fue diagnosticada de golpe y sin darse casi ni cuenta de Cáncer de mama (las dos a la vez) y ahí empezó su calvario.
Imagínense la cantidad de pos- operatorios, quimios, medicamentos… Desde esos primeros momentos, ella se rebela con ese; coraje, reaños y su fe inquebrantable, saltándose a la torera, todos los protocolos en estas situaciones , creando ella su propio criterio. Plantando cara a todos los rituales médicos en estos casos, haciendo caso omiso a cuantas sugerencias le proponían en el Hospital.
Criterio que mantiene aún y que consiste, en estar en el Hospital, el tiempo justo y necesario para la operación. Una vez operada y pasarse el efecto de la anestesia, se venía a su casa y punto.
Cualquiera de nosotros ( mayores que ella), ante el más mínimo indicio de dolor o de alguna prueba, ya estamos que no vivimos. Se nos quitan las ganas de salir, de entrar y de todo.
Sin embargo ella, aún en esas circunstancias, se arriesga a más. Recién casada y por ayudar con sus ingresos a su casa, montó una tienda de comestibles, la cual tuvo que quitar por ésta enfermedad. Al referirme al riesgo es porque a pesar de esas dichosas 27 operaciones, con lo que eso conlleva, es capaz de, llevar su casa, y además confeccionar unos dulces exquisitos, para venderlos en la calle, ayudando de esa manera a los ingresos de su familia.
Yo no me enteré de los dulces hasta el jueves pasado, que una tía suya lo comentó en una visita al Ayuntamiento de Sevilla, que hicimos con el grupo de Rutas Culturales. Me quedé de “helao”, cuando me dijo que el año anterior en estas fechas, previas a la Semana Santa, hizo 800 docenas de “torrijitas”, “rosquitos”, “pestiños” y que su padre se los vendía en Sevilla.
A todo esto su madre le ayuda muchísimo, pero de todas formas, sigue siendo increíble.
La gente la conoce con el diminutivo de su nombre, pero yo a ella, la definiría como, la más grande.

ROSARITO……Sigue así con, tu fuerza, tu valentía y sobretodo, tu fe. Los valientes como tu, a lo largo de la historia lucharon en el mismo barco de esa enfermedad hasta el último momento. Citaré a personajes importantes tanto en el campo de la política, Ronald Rigan, Psquiatra y escritor Vallejo Najera o la añorada Lola Flores que lucharon lo indecible durante muchos años contra el mal. Segurisimo que habrán muchos más pero yo nombro los más conocidos.

Para no romper la hegemonía del blog, citaré los apodos en su familia, por la parte de su padre, "niño ario" o "niño la amapola" y en la parte de su madre, "el sastre" y el "tuerto".

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1 comentario:

Mari Carmen dijo...

Enhorabuena Paco por tu relato tan verídico como la vida misma pero sobre todo destacar la admiracion hacia Rosarito porque no todo el mundo pasa por circunstancias tan extremas en la vida; espero de todo corazon que siga luchando y que tenga esas fuerzas para ponerse bien porque al final seguro que lo conseguirá. Mucho ánimo para ella y para su familia, gracias por darnos lecciones de fe, coraje, reaños, etc.