jueves, 14 de marzo de 2013

A veces son buenos los cambios..


A veces, (aunque no siempre) cuando se efectúa  un cambio, en cualquier sentido. Aparece algo inesperado.

Es el caso que quiero resaltar hoy con ésta entrada. Por problemas en nuestra casa a causa de la humedad en una pared. Y que tras largos esfuerzos, nunca pudimos atajar. Nos ofrecieron la oportunidad de remediarlo, con un recubrimiento con  madera y un material específico para tal caso. Dando lugar entonces a replantearnos la ubicación de una nueva “librería”. De ésta manera –(matábamos dos pájaros de un tiro)-. Cubríamos la pared y al mismo tiempo colocábamos la infinidad de libros, que teníamos en cajas y baúles, por no caber en la anterior estantería.
 
Por curiosidad, para aquellas personas que le interese
los libros y detalles antiguos, en la parte central de la librería
mi mujer ha querido resaltar, el Pergamino del Título de Maestra
de su tatarabuela, otorgado por la Reina Maria Cristina
segunda mujer y viuda de Alfonso XII,
firmado en Marzo de 1868
 

 

Y es por lo que, viene a colación, el título de la entrada.. . A veces.

No hace mucho en televisión hablaron sobre las cosas que se pueden encontrar en los libros. Estos al ser leídos, si de por sí, no traen la cintita para marcar el ritmo de la lectura. A veces se recurre a lo primero que encuentras, para saber por dónde vas. El cual da pie a encontrar un montón de: estampas de comunión de familiares y amigos, estampas de imágenes, apuntes de cualquier recado, alguna receta de cocina, alguna foto…

En nuestro caso fue, encontrar un “libro”, pero no cualquiera. Aunque mi mujer si sabía de su existencia al ser propiedad de su familia paterna. Este se encontraba perdido en uno de esos baúles que cité antes.

Yo diría más bien, una joya literaria del siglo 19, exactamente del año 1865. Al parecer es, dice literalmente el título. “Museo Epigramático”, ó Colección de los más Festivos Epigramas, --nueva  edición-- en Madrid y Barcelona. Extractados de nuestros poetas antiguos y modernos, por  Don Amancio Peratoner.
 
Este es el libro antes mencionado.
 

Lo primero que nos encontramos en una de las hojas de inicio, fueron un montón de números de epigramas, escritos a lápiz, por Enrique, el padre de mi mujer. Resaltando los que más le gustaban a él.

Por eso me puse a buscar, primero por los que mi suegro tenía anotados y así encontré el sin fin de autores y epigramas en las 585 páginas (que no las leí todas), este olvidado libro.

Me gustaría transcribirlo literalmente como fueron escritos. Aunque con ello, parezca alguna vez que ellos en sí, lleven faltas de ortografía. No siendo ese el caso. Es que en el castellano antiguo, hay palabras escritas con V, que hoy se escriben con B, por poner algún ejemplo y tildes de hoy que antes no se ponían…

Entonces para empezar por algún sitio, que mejor que hacerlo, por uno que Enrique destacaba sobre los demás, al ser más del estilo que a él, le gustaba en tono “picante”. Teniendo en cuenta que casi todos son más o menos: críticos, satíricos y casi siempre “picantones”. Esa idea de Enrique, me dio a mí el pie, para ir anotando los epigramas, que más se ajustaban a nuestra realidad. Y parece mentira que en aquellos tiempos, tuviesen tanto parecido con: nuestra Crisis al hablar de los banqueros; de la Iglesia, de la Justicia, de la Escuela, de los Políticos, de los Médicos, y sobre todo los de Amoríos. Todos –mitad broma- o mitad serio. Entre otros que los califico de varios, que ya en distintas ocasiones se los iré poniendo. Así que ahí va el primero:

“La Toquera”   Epígrama nº 3 de la página 102

“Soy toquera

Y vendo tocas,

Y tengo mi cofre,

Donde las ostras”

Es chiquitico y de cuero,

Tiene el pelo rubio y liso,

De los que en el paraíso

Descubrió Adán el primero.

En el recojo el dinero

Que vacío de muchas bolsas,

“Y tengo mi cofre,

Donde las ostras.”

No tiene hierros ningunos

Porque nunca esté mohoso;

Aunque a lo dadivoso

Tal vez se toma de algunos;

Y hasta en advientos y ayunos

Me sirve de muchas cosas,

“Y tengo mi cofre,

Donde las ostras.”

El se ensancha y se reviene

Conforme a la cerradura,

Y no tiene mas anchura

De la que la llave tiene;

Pero cualquiera le viene

Porque lo acomodo a todas,

“Y tengo mi cofre,

Donde las ostras.”

Las tocas encarrujadas

Como tan tupidas son,

Las meto sin almidon

Y salen almidonadas.

Siempre las meto estiradas,

Y siempre las saco flojas,

“Y tengo mi cofre,

Donde las ostras.”

No es un tahúr mas voltario,

Siempre haciendo presa y pinta;

Aunque está de mala tinta

Si pasa el ordinario.

Y aunque en querer es muy vario,

Siempre á envidiar se acomoda,

“Y tengo mi cofre,

Donde las ostras.”


Autor…F. de Trillo

 

Para no cansar mucho al ser éste el primero y más largo de los demás, pondré algunos epitafios (que hasta en eso los hay), para por lo menos reírnos un poco.

“Aquí yace una viuda,

Que murió de pena aguda.

Apenas hubo perdido

A su séptimo marido”

Autor..Martinez de la Rosa

 

“Yace aquí una bailarina,

Y allí un maestro muy docto;

Este enseñó la gramática,

Y aquella lo enseñó todo.”

 

“Mucho mas locas las viejas

Son en Madrid, que las mozas,

Y es regular, por que llevan

Muchos mas años de locas”.

 

“El amor a la patria es un incesto;

Otra cosa es amar el presupuesto”.

Autor de éstas tres…Del Padre Cobos.

 

“Aquí  yace don Matias

Acusado de tacaño,

Que daba gratis al año

Pésames, pascuas y días.”

Autor..Martinez de la Rosa

Y para terminar hoy, otro del mismo autor.

“Aquí yace un matrimonio,

Dos cuñados, Suegra y Yerno…

No falta sino el demonio

Para estar junto el infierno.”

 

 

 

 

 

2 comentarios:

Edy dijo...

Hey que simpatica y amena tu entrada, jajaja, vaya con la gente de antes.

He escuchado cuplés de las antiguas que tienen mucha miga, y lo que me choca es que muchos comienzan "yaciendo "... para que luega digan que los de ahora somos vagos. Me ha gustado...

Anónimo dijo...

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