A veces, (aunque no
siempre) cuando se efectúa un cambio, en
cualquier sentido. Aparece algo inesperado.
Es el caso que
quiero resaltar hoy con ésta entrada. Por problemas en nuestra casa a causa de
la humedad en una pared. Y que tras largos esfuerzos, nunca pudimos atajar. Nos
ofrecieron la oportunidad de remediarlo, con un recubrimiento con madera y un material específico para tal
caso. Dando lugar entonces a replantearnos la ubicación de una nueva
“librería”. De ésta manera –(matábamos dos pájaros de un tiro)-. Cubríamos la
pared y al mismo tiempo colocábamos la infinidad de libros, que teníamos en
cajas y baúles, por no caber en la anterior estantería.
Por curiosidad, para aquellas personas que le interese
los libros y detalles antiguos, en la parte central de la librería
mi mujer ha querido resaltar, el Pergamino del Título de Maestra
de su tatarabuela, otorgado por la Reina Maria Cristina
segunda mujer y viuda de Alfonso XII,
firmado en Marzo de 1868
Y es por lo que,
viene a colación, el título de la entrada.. . A veces.
No hace mucho en
televisión hablaron sobre las cosas que se pueden encontrar en los libros.
Estos al ser leídos, si de por sí, no traen la cintita para marcar el ritmo de
la lectura. A veces se recurre a lo primero que encuentras, para saber por
dónde vas. El cual da pie a encontrar un montón de: estampas de comunión de
familiares y amigos, estampas de imágenes, apuntes de cualquier recado, alguna
receta de cocina, alguna foto…
En nuestro caso
fue, encontrar un “libro”, pero no cualquiera. Aunque mi mujer si sabía de su
existencia al ser propiedad de su familia paterna. Este se encontraba perdido
en uno de esos baúles que cité antes.
Yo diría más bien,
una joya literaria del siglo 19, exactamente del año 1865. Al parecer es, dice
literalmente el título. “Museo Epigramático”, ó Colección de los más Festivos
Epigramas, --nueva edición-- en Madrid y
Barcelona. Extractados de nuestros poetas antiguos y modernos, por Don Amancio Peratoner.
Este es el libro antes mencionado.
Lo primero que nos
encontramos en una de las hojas de inicio, fueron un montón de números de
epigramas, escritos a lápiz, por Enrique, el padre de mi mujer. Resaltando los
que más le gustaban a él.
Por eso me puse a
buscar, primero por los que mi suegro tenía anotados y así encontré el sin fin
de autores y epigramas en las 585 páginas (que no las leí todas), este olvidado
libro.
Me gustaría
transcribirlo literalmente como fueron escritos. Aunque con ello, parezca
alguna vez que ellos en sí, lleven faltas de ortografía. No siendo ese el caso.
Es que en el castellano antiguo, hay palabras escritas con V, que hoy se escriben
con B, por poner algún ejemplo y tildes de hoy que antes no se ponían…
Entonces para
empezar por algún sitio, que mejor que hacerlo, por uno que Enrique destacaba
sobre los demás, al ser más del estilo que a él, le gustaba en tono “picante”.
Teniendo en cuenta que casi todos son más o menos: críticos, satíricos y casi
siempre “picantones”. Esa idea de Enrique, me dio a mí el pie, para ir anotando
los epigramas, que más se ajustaban a nuestra realidad. Y parece mentira que en
aquellos tiempos, tuviesen tanto parecido con: nuestra Crisis al hablar de los
banqueros; de la Iglesia, de la Justicia, de la Escuela, de los Políticos, de
los Médicos, y sobre todo los de Amoríos. Todos –mitad broma- o mitad serio.
Entre otros que los califico de varios, que ya en distintas ocasiones se los
iré poniendo. Así que ahí va el primero:
“La Toquera” Epígrama nº 3 de la página 102
“Soy toquera
Y vendo tocas,
Y tengo mi cofre,
Donde las ostras”
Es chiquitico y de
cuero,
Tiene el pelo rubio
y liso,
De los que en el
paraíso
Descubrió Adán el
primero.
En el recojo el
dinero
Que vacío de muchas
bolsas,
“Y tengo mi cofre,
Donde las ostras.”
No tiene hierros
ningunos
Porque nunca esté
mohoso;
Aunque a lo
dadivoso
Tal vez se toma de
algunos;
Y hasta en advientos
y ayunos
Me sirve de muchas
cosas,
“Y tengo mi cofre,
Donde las ostras.”
El se ensancha y se
reviene
Conforme a la
cerradura,
Y no tiene mas
anchura
De la que la llave
tiene;
Pero cualquiera le
viene
Porque lo acomodo a
todas,
“Y tengo mi cofre,
Donde las ostras.”
Las tocas
encarrujadas
Como tan tupidas
son,
Las meto sin
almidon
Y salen
almidonadas.
Siempre las meto
estiradas,
Y siempre las saco
flojas,
“Y tengo mi cofre,
Donde las ostras.”
No es un tahúr mas
voltario,
Siempre haciendo
presa y pinta;
Aunque está de mala
tinta
Si pasa el
ordinario.
Y aunque en querer
es muy vario,
Siempre á envidiar
se acomoda,
“Y tengo mi cofre,
Donde las ostras.”
Autor…F. de Trillo
Para no cansar
mucho al ser éste el primero y más largo de los demás, pondré algunos epitafios
(que hasta en eso los hay), para por lo menos reírnos un poco.
“Aquí yace una
viuda,
Que murió de pena
aguda.
Apenas hubo perdido
A su séptimo
marido”
Autor..Martinez de
la Rosa
“Yace aquí una
bailarina,
Y allí un maestro
muy docto;
Este enseñó la
gramática,
Y aquella lo enseñó
todo.”
“Mucho mas locas
las viejas
Son en Madrid, que
las mozas,
Y es regular, por
que llevan
Muchos mas años de
locas”.
“El amor a la
patria es un incesto;
Otra cosa es amar
el presupuesto”.
Autor de éstas tres…Del
Padre Cobos.
“Aquí yace don Matias
Acusado de tacaño,
Que daba gratis al
año
Pésames, pascuas y
días.”
Autor..Martinez de
la Rosa
Y para terminar
hoy, otro del mismo autor.
“Aquí yace un
matrimonio,
Dos cuñados, Suegra
y Yerno…
No falta sino el
demonio
Para estar junto el
infierno.”
2 comentarios:
Hey que simpatica y amena tu entrada, jajaja, vaya con la gente de antes.
He escuchado cuplés de las antiguas que tienen mucha miga, y lo que me choca es que muchos comienzan "yaciendo "... para que luega digan que los de ahora somos vagos. Me ha gustado...
Нi! Dο you usе Twittеr?
I'd like to follow you if that would be okay. I'm аbsolutelу enjoying your blοg аnd look forward to neω posts.
My wеb sitе :: Chemietoilette
Publicar un comentario