¿Quien dijo miedo?

¿Quién dijo miedo? Fue la respuesta de nuestra entrañable Rosarito Curciel, cuando tras saber por sus médicos de Oncología del Hospital Virgen del Rocío. Que ya no tenían más tratamiento que aplicarle y, que ni ellos mismos sabrían  como hacerlo en el caso de que lo hubiese.

Ella ante tamaña acción, se crece, se envalentona, se echa “palante” y dice que ella no se rinde. O no –tira la toalla-, como dirían en el argot del boxeo.

 

Se conecta vía Internet con un Oncólogo de Algeciras y este a su vez la pone en contacto con el Hospital Universitario  de Oncología de Madrid.

Ni corta ni perezosa (otro dicho popular), se va para la capital de España, con todo su historial y con sus TREINTA I CINCO OPERACIONES a cuestas. Sin más preparación que su inmensa fuerza y ánimo, (que le sobran por los cuatro costados) de su tan joven y dolorido cuerpo.

Las manos en la cabeza, (fue poca imaginación) la de los médicos de Madrid, cuando al llegar Rosarito y tras verla con el ánimo que la irradiaba, no daban crédito de su estado.

La entrevistan y la reconocen, pero tiene que ser a través de leerse varias veces su historial, cuando de verdad, se llevan las manos a la cabeza, ante la incredulidad de que Ella, pudiese estar –ni siquiera de pie-. Por palabras textuales de los Oncólogos, Rosarito tendría que estar en la cama y sin moverse. Nada más lejos del espíritu de ésta Gran Mujer.

 

¿Quién dijo miedo? ¡Aquí estoy! Haced conmigo lo que creáis más conveniente. Yo me pongo a vuestra disposición. Yo tengo Fe.

Porque de eso se trata precisamente de la Fe, en su Santa Ángela. Que mejor ejemplo en el Año de la Fe. Que resaltar precisamente a esas personas que como Ella, siguen al -pie del cañón-. Amparadas por su Fe.

Y más si cabe, si esas palabras sobre  la Fe en la Madre Angelita, la escuchamos de la boca de Marta, su hija. Una niña de ocho añitos con un saber y un desparpajo, que hace que te quedes con la boca abierta, cuando describe a su madre a la llegada al Convento de las Hermanas de la Cruz.

La congregación entera la recibe, como si fuese una enviada, por la misma Santa Ángela. Por palabras de la niña que dice: A mi madre se la llevan para la habitación que fue de Sor Angela, le “juntan aceite por el cuerpo” y la acuestan en su cama. Y es, que para las Hermanas de la Cruz, Rosarito, no deja de ser, quizás el mayor de los “milagros” reconocidos al día de hoy, atribuidos a la Santa de Sevilla.

Santa Angela o la Madre Angelita

como la conocen con cariño en

Sevilla

Hoy he ido con mi mujer a la imposición de las cenizas, como inicio a la Cuaresma. El próximo domingo asistiremos en Sevilla al Vía- Crucis. Que dicho sea de paso será único en la historia con 14 pasos de Cristos en las calles de la capital. 
Año que recordaremos por infinidad de cosas, entre ellas la renuncia de Benedicto XVI a su pontificado. Según manifestaciones de Él, lo hace por el bien de la Santa Iglesia. Y otra vez (como siempre) los de a pie, sin enterarnos de los verdaderos motivos.

Esperemos que así sea y que el próximo sea más joven y por consiguiente con las ideas más jóvenes también.

Pero a la conclusión que yo quería llegar es que, en este “Año de la Fe”, por empezar por algo, vamos a vivir  momentos únicos como los relatados anteriormente y que a lo largo del mismo iremos viendo. Como este de que nuestro Papa se va y, que vendrá otro….Que por otro lado no deja de ser más de lo mismo.

. Por eso yo abogo, por apostar por los “Cristos y las Virgenes”, viv@s, como en el caso de nuestra valiente Rosarito y otr@s que como ella estén en esa situación y echen “palante” - contra viento y marea-... ¿Y por qué no, echarle los “Vivas” a ell@s?

Desde este humilde portal yo lo digo  “VIVA ROSARITO”, en todo el sentido de la palabra y ojalá se prodigue al máximo y que con nuestras voces podamos conseguir que VIVAN todo el tiempo que el Señor lo permita, lo mejor posible.

 

Quizás también la podrían proponer para el programa de Canal Sur..Madres..

Porque para ella, quizás el hecho de tener a Marta, la haga esforzarse hasta lo infinito para tratar de seguir en la lucha de su salvación.