Como
pasa el tiempo –en todos lo sentidos- y sin damos apenas cuenta. Eso creo que es lo que me
ha pasado a mí, desde que no actualizo el blog. Lo vas dejando por diversas
circunstancias (las cuales son muchas como en casi todas las casas hoy día y además
de toda índole, porque de nada nos salvamos) y a medida que pasan los días,
piensas y dices. ¿Por qué tengo que dejar de hacer lo que me gusta y me
satisface? No conlleva a nada recluirse pues a ningún puerto se llega si te
quedas anclado. Dejé el tema en el mes de Octubre a mitad del Otoño y lo retomo en Febrero a más de la mitad del
Invierno, pero que para nosotros, ya está casi la primavera.
Tuve
una tentativa de retomarlo con la noticia de la prematura y sin esperarla
muerte de nuestro entrañable Alfredito y, ni aún así lo hice. Yo creo que desde
que tengo el blog, he escrito siempre alguna reseña de las personas jóvenes que desgraciadamente fallecieron y
sin embargo de él no pude.
Pero
nunca lo olvidé, porque en cada acto de los muchos que hemos vivido en el
transcurso de este tiempo, siempre pensé y me decía a mi mismo: Lo que se
perdió, Alfredito.
Aunque
también me lo imaginaba “allá arriba en ese balcón que tienen los
privilegiados” asomado y tan curioso como para no perderse nada (como hizo
siempre) de lo que ocurriese en nuestras parroquias o en
nuestro pueblo.
Alfredo
Barberán Muñoz, una persona maravillosa
y siempre atenta y cariñosa, con cuanta persona se encontraba a su paso y, ya
eran muchas, porque él estaba relacionados con todos los estamentos sociales de
nuestro pueblo.
Quiero hacer una referencia en alusión al
trabajo que realizo, que ya todos sabéis cual es. “El entierro de Alfredito”.
fue uno de los que más participación ciudadana han tenido. Y esta vez, si puedo
dar fe, de que la gente, no asistió al mismo por el mero cumplimiento de dar el
pésame a la familia. El pueblo fue a la Misa, por expresar el cariño y el
afecto que le tenían a él. Eso se nota, no solo por la cantidad de gente, lo
más importante si cabe es, el hecho de que la asistencia masiva fuese compuesta,
en varios casos, de familias enteras. Este detalle nos da el perfil de la
calidad humana que poseía. Otro dato importante también a destacar de su
entierro fue la Misa concelebrada por CUATRO sacerdotes.
Como
bien dijo nuestro MJ en la misa funeral, Alfredito era una persona muy
especial, como un Angel, pero “pesao” como él solo. Pesao” en el buen sentido
de la palabra, por la inmensidad de veces en pedir perdón cuando él creía que
no había actuado bien. Cuando en realidad era todo lo contrario, se excedía en
su buena educación y respeto hacia los demás.
Se
lo debía, por eso al retomar de nuevo el blog, he querido hacerlo con este
pequeño homenaje a su persona. Cada vez que en estos últimos meses acontecía
algo nuevo en cada una de nuestras parroquias (el fuerte de él) siempre se me
venía el mismo pensamiento: Lo que se perdió Alfredito.
En
nuestro pueblo en los últimos tiempos no paramos de llevarnos sorpresas. Pasando
de tener casi que suplicar que viniesen a Confirmar a los niños. A tener tanto
en una parroquia como en la otra, al Sr. Obispo casi una semana cada una. “Y se
lo perdió….
Te
imaginas el momento y piensas en él, yendo de una parroquia a la otra y al
ladito de Don Santiago. En fin esperemos
y como cristianos que somos tenemos que mantener nuestra fe, creer que
alguna vez estaremos todos juntos, “allá en aquel balcón – famoso en nuestro
blog-“ donde se asoman todos los bormujeros, para ver todo lo que ocurre aquí en
nuestro pueblo.