Al hacer esta entrada, era
un poema nada más al pensar que título le ponía. Al final me decidí por su nombre propio, porque solo con el apellido tan concido, como es el de Tovar, nos viene a la memoria nuestro vecino pueblo de Castilleja de la Cuesta. Así os podíais imaginar que era, el "castillejero".
Pues por poner , poner, le
valdrían todos. Cuando en ésta España nuestra, le dan el título o una
mención especial a alguien, por sus méritos al trabajo. Nunca se acuerdan de
los “anónimos”. El premiado es muy conocido, por una causa u otra. Sin embargo
¿cuántas personas habrá al igual como
Paco que se la merezcan?
Paco Tovar, conocido como
el “castillejero”, empezó sus andanzas
en el trabajo, (por decirlo de algún modo) como cantante por los bares y casas
de Castilleja de la Cuesta, con tan solo 4 años. La precariedad en esas fechas
estaba tan acentuada, que también hacía inspirar la malicia. En este caso en su
hermano mayor, que era el que se lucraba de los beneficios que el niño
conseguía.
La inspiración de su cante
le venía, quizás por el montón de veces que sus hermanas mayores, lo ponían a
ver las películas de Juanita Reina. Al estar su vivienda adosada a la pared del
cine de verano y, él subido en unos ladrillos apilados a la misma. Se fue
“quedando con la copla”, es un refrán, pero que en su caso es una realidad,
porque es aún y todavía se acuerda de aquellas canciones. Aunque su preferida siempre fue Juanita Reina, él también cantaba canciones de otros "copleros" como Concha Piquer.
Pasado ese verano de sus
cuatro primaveras, es cuando su madre, junto con sus hermanos y él, llegan a
Bormujos.
En aquellos tiempos de
hambre y miseria, la única solución más fácil y cómoda que podían otorgarles a
las mujeres, solas y con varios hijos. Era el meterles a los niños en un
Colegio. Con 8 años a él, junto con seis
niños más de Bormujos, lo alojaron en el Hospicio. Lugar destinado a los niños
huérfanos, en estos casos, de padre. Éste colegio se llamaba San Luis, ubicado
en Sevilla en la calle del mismo nombre.
El Colegio, hacía las dos
funciones fundamentales; la educación y la alimentación. Pero también tenían
que aguantar, según manifestaciones suyas, la mala leche de los celadores.
Llegándose con el tiempo a tener que cerrarlo por el mal trato a los niños. A
él lo castigaban hasta hartarse. Y él ante la adversidad, optó por “pegarse” a
las Monjas de la Caridad, que eran las que regentaban el centro. El ingenio
como niño que era, le hizo pensar, que si se apuntaba al Coro con ellas, éstas
le ayudarían con respecto a los celadores.
Agudizando más si cabe, su
afición a la música y al cante. Al poco tiempo de incorporarse, lo pusieron de
solista. Su estancia allí duró poco tiempo, porque su madre por problemas
económicos, lo sacó del colegio para trabajar a los 11 años.
Su primer trabajo fue de
panadero en la Panadería de Alonso en el año de la famosa nevada. Pudiendo de
esa manera llevar a su madre su primer jornal. Cinco pesetas y dos bollos para
la casa y dos como máximo que le permitían comerse a él, durante el trabajo.
Años más tarde se fue a
trabajar a otra panadería, esta vez en Tomares, pero ya ganando 15 pesetas y
tres bollos. El inconveniente que tenía, era que al ser tan joven y el tener
que hacer el trabajo de noche. El camino hasta el pueblo vecino, estaba como la
boca de un lobo de oscura. El miedo se lo comía y, prefería irse 3 o 4 horas
antes. Por la tarde con la luz del sol que era más llevadero y allí, con el
calor del horno, echarse a dormir en unos sacos hasta la hora de empezar la
faena.
En esa época también
cantaba, esta vez era, en el Coro de Campanilleros Santo Domingo de Silos,
cuando el director era, José Moreno el “esparterillo”. Dándosele la
circunstancia de siempre, la escasez de todo. Siendo que cuando el Coro tenía
que cantar y, éste solía hacerlo en el crudo invierno de entonces. Él, no tenía
abrigo con el que cubrirse y, ahí no había, ni sacos, ni horno donde
calentarse. Pero como siempre hay gente solidaria, ahí estaba su vecina Dolores
la de “ventera”. Dolores al ser su marido Guardia Civil y éstos en sí, en el
invierno usaban una capa para abrigarse. Ella con una de esas capas usadas, le
confeccionó un abrigo a su hijo Eladio y al tener casi la misma talla. Dolores
le prestaba a Francisco el abrigo, para que pudiese ir a cantar.
Siguiendo con su
“curriculum”, decir que después de la panadería de Tomares, pasó a la de “Niño
Pedro” en Bormujos. Él esta vez no se acuerda cuanto empezó ganando, pero si de
que por el tema de la mili, estuvo saliendo y entrando en la misma y, que el
último sueldo en ella, era de 60 pesetas y un kilo de pan.
Aquí en la panadería y a
través del teléfono de Rita, hija de Pedro Sánchez, el panadero, él concursaba
en un programa de radio, llamado “Conozca usted a sus vecinos”, cuyo locutor
era Rafael Santisteban. Ya en esas fechas y con el dinero que ganaba, con su
trabajo de noche y el reparto del pan por la mañana, teniendo que ir con un
carro hasta Gines, se podía pagar la
Academia de Baile y Cante de
Realitos en Sevilla.
Tras su paso por la emisora
de radio y ganar el primer premio, en ese concurso tan popular por la radio,
éste consistía en un –corte de tela para una camisa y 100 pesetas. Y la opción
de participar en la final de dicho concurso en el Teatro San Fernando de
Sevilla.
Este hecho en sí le dio el
“salto a la fama”, por decirlo de alguna manera. Poder cantar con gente famosa
por aquel entonces y que algunos de ellos aún hoy, siguen estando en boga. Como
es el caso de Cristina Hoyos, en el elenco de esa fecha también estaba, Presentación
Palacios, El Loreño…
Debido al éxito obtenido,
la Academia le proporciona la composición de las letras de cuatro canciones
(pasodobles), escritas expresamente para él. Tales como: -El Hijo de la Romera-
Caminito del Rocío- Campito Andaluz- y Sol de mi Sevilla y que aprovechando la
memoria que aún tiene, me relata a continuación. Diciéndome que claro está, no
lo pudo grabar en un disco, al no tener un “padrino” que lo bautizase. Refrán
antiguo, pero que como todos los refranes, siguen en activo. Solo le quedó la
opción de cantarlos muchas veces en la Radio. Así a continuación me recitó una de esas letras.
Sol de mi Sevilla.
-Yo he nacío en esta
tierra, de la gracia y el salero
-que es la sal de
Andalucía, que es orgullo y honra del mundo entero.
“Aquí en esta parte
de la canción, con el paso del tiempo que él estuvo de emigrante en Alemania,
le cambió las estrofas, haciendo homenaje a la inmensa mayoría de españoles
emigrantes allí, en esas fechas.”
-Ya llegó mi marcha a
España, ya dejo yo el extranjero
-y me voy para Sevilla,
porque es la tierra que yo más quiero.
-Y aquí estoy para
despedirme y cantar mis canciones
-que dejo como recuerdo a
todos mis españoles.
“Estribillo”
-Me voy para Sevilla bendito
tesoro
-junto a la viejita, que es
la que yo adoro
-besa la medalla de su Gran
Poder
- y llorando pide, para
verme volver
Sigue la canción.
-Siempre canté mis
canciones, dedicada a España entera
-y a todos los españoles,
que están fuera de su frontera…
Retomando otra vez su
trayectoria laboral. Estando aún en la panadería del “niño Pedro”, ya empezaba
a hacer sus pinitos en el artisteo. Le salían contratos, para cantar por los
pueblos, planteándosele la situación, de que para cantar así, tenía que sacarse
el “Carnet de Artista”. Lo examinan para el mencionado carnet, y lo aprueba. Y
es ahí donde viene la contradicción de la precariedad de esos tiempos. Al no
tener las 100 pesetas que costaba retirarlo, se quedó sin él.
En estas salidas por los
pueblos, él solo podía actuar en los más próximos, debido es, que al estar más
retirados de Bormujos, él no podía volver con el tiempo justo, para trabajar en
la panadería. Su madre apreciaba más, el jornal seguro y el Kilo de pan, que lo
que pudiese obtener cantando.
Una de las veces que fue a
Gines a cantar, le ofrecieron la posibilidad de trabajar en la panadería de la
“Niña Herrera”, siendo esa vez, su primera cotización a la Seguridad Social. En
las anteriores, jamás lo aseguraron.
Después de la “mili”, fue
cuando se decidió emigrar. Entonces no se iba a la aventura, él iba contratado
desde aquí a un Centro de Metalúrgica de Aluminio. En ésta ubicación, solo
estuvo año y medio. De ahí lo pasaron a una factoría mayor en Frankfurt, donde
se queda hasta, que por las circunstancias familiares, tras 19 años en
Alemania, se tiene que venir.
Ayuntamiento de Frankfurt
Como su añoranza de :su
España, su Andalucía, su Sevilla, su Bormujos, le embargaba el corazón tanto.
Se refugiaba en lo que mejor sabía hacer, recordarla cantando. En esas noches
de nostalgia, añoraba su casa, aunque humilde pero con patio con flores y un
jazmín. Según dicen todas las personas que por cualquier circunstancia han
tenido que estar fuera de su casa, los olores, les transportaban a esos recuerdos.
En Alemania no había ni jazmines ni azahar. Solo con ese olor que le viene a
través del pensamiento, se acordaba de la Semana Santa, con el azahar y de la
Feria de Bormujos, con el olor del jazmín. En las noches de verano, aunque calurosas, pero muy nuestras y que allí, no había.
El Azahar, en el mejor lugar.
Los fines de semana, empezó
a cantar en la Casa de España. A través de la cual lo llegó a conocer el
Consulado Español de Emigración.
El Consulado, contaba con
Francisco, en cuantas ocasiones y eventos, el mismo organizaba. Al ser muchos
los españoles emigrantes, en esas fechas allí. Organizaban galas y actuaciones,
llevando artistas desde España y entre los cuales, siempre contaban con el
“castillejero” . Teniendo así la oportunidad de relacionarse con famosos como:
Bobi Deglané, Fosforito o Micaela. Uno de estos eventos organizados por el
Consulado, fue el concurso de la elección de Miss España.
Ya por esas fechas él
estaba casado con María, conocida por la del “merino”. Ella no cantaba, pero
iba con él y a veces ayudaba en los
coros. Fue cuando empezaron a cantar los fines de semana por: bares, reuniones,
bautizos, bodas, salas de fiesta… De esa forma se fueron ganando unos “marcos
extras”, que después a la hora de volver de nuevo a España, les vino muy bien.
Barrio típico de Frankfurt.
Francisco también en
innumerables ocasiones (por desgracia), tuvo que organizar alguna que otra
actuación, por el hecho de contribuir económicamente, al grandioso coste que
suponía, el repatriar un español fallecido, a su tierra. Allí al igual que
aquí, en esas fechas, no habían seguros que abarcasen, traslados fuera de
España.
Uno de sus últimos trabajos
en Frankfurt y, a través de un amigo, se instala en una vivienda situada en
pleno centro de la ciudad. Esta casa conllevaba el tener que hacerse cargo de
una “peluquería canina”. Es en ese punto cuando él decide aprenderse el oficio,
que más tarde a la vuelta a España, le vino, que ni pintado (dicho popular).
Al volver de Alemania con
los “marcos extras”, ganados junto con su mujer, en el mundo de la música y el
baile. Compran varias casas, la primera para su madre y así sucesivamente.
Llegan a instalarse en un chalet en Tomares. Instalando como no, una peluquería
canina.
En esas fechas de su vuelta
a Bormujos, retoma su actividad en el Coro de Santo Domingo, llegando a
componer una canción dedicada a nuestro patrón Santo Domingo, llamada, “En el
Centro del Cielo Celeste se encuentra Bormujos…
Coro de Campanilleros Santo Domingo de Silos
En su estancia en Tomares y
a través del Bar que montó, empieza la gente a conocerlo y sobretodo, conocer
como canta y como compone. Y por alusión al blog, referente a los "motes", en Tomares le pusieron "Alegre". Su afán por la música, le hace crear un Coro de
Campanilleros, siendo el su director, llegando a grabar cuatro discos. Los
inicios fueron con letras y música de su antiguo “Coro” el de Santo Domingo. Al
incorporarse a su coro Manuel Martín Peón, fue el que a partir de entonces ( y
aún sigue), fuese el artífice de todas las “letras de las canciones propias”.
Siempre con la ayuda de Paco, en los arreglos musicales. A pesar de su mal
estado físico el “castillejero” aún sigue siendo su director.
Como la memoria le va
fallando, (como a la inmensa mayoría nos pasa), es su mujer María, la que me
cuenta que llegó a componer también una canción en la que él, hacía de solista,
dedicada como no, a su Bormujos de su alma.
Bormujos del que nunca se
olvidó en ningún momento, lo llevaba tan adentro allá en aquellas tierras tan
lejanas que dice en palabras textuales: me “tallé” (pudiéndolo haber hecho en
Castilleja) en Bormujos, me case, nació mi hijo, volví a casarme en las “bodas
de plata” y quiero morirme aquí también. Ya que tras su tiempo vivido en
Tomares y vender su casa allí, se compró una casa en el Bormujos de su alma.
Pero antes dice que le gustaría, poder celebrar las “bodas de oro” con su
María, que tanto quiere.
Para que no le falten los jazmines, que le inspiraban recuerdos.
Ahí los tiene de varios colores...